Mario Rodríguez H. | @quevivalaM La voz de Sabina Rodríguez van der Hammen es la de una ciudadana más, o al menos así lo ve ella. Pero también sabe de la responsabilidad que tiene de defender la Reserva van der Hammen , primero como bogotana, pero también por el vínculo emocional y familiar que la une a ese territorio. “A mi abuelo no le hubiera gustado que la reserva llevara su nombre –dice Sabina-, no le interesaba el reconocimiento y ahora nos reímos porque su nombre tiene peso”. Su abuelo es Thomas van der Hammen, un tipo que a los 27 años salió de Holanda y se vino a Colombia , pues le ofrecieron trabajo en el Servicio Geológico Nacional de Colombia (ahora Ingeominas ). Años después, van der Hammen encontró en Chía el lugar en el que viviría el resto de su vida, y donde finalmente falleció en marzo de 2010. En su residencia en este municipio sembró un bosque de dos fanegadas. “Algunos decían que era un soñador, que nunca alcan...
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